El Fariseísmo al Interior de la Iglesia Aumentará
- P. Jorge Hidalgo

- 30 oct
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A pesar de los malos ejemplos de algunos Sacerdotes o de que las cosas vayan mal al interior de la Iglesia, hay que mantenerse fieles a la doctrina de Cristo.

Por P. Jorge Hidalgo
Nuestro Señor Jesucristo vino a la tierra cuando el fariseísmo se había infiltrado en la religión verdadera y volverá a la tierra cuando esto mismo esté ocurriendo dentro de la única religión verdadera, dice el Padre Leonardo Castellani. De hecho, la verdad es que el fariseísmo va a avanzar y se va a meter dentro de la Iglesia, como existe ya en algunos casos.
Castellani citaba algunos ejemplos históricos, como el caso de Fray Jerónimo Savonarola, que profetizó el quiebre de Europa y la acción de Lutero antes de que éste apareciera, y a pesar de que era una persona muy santa, fue condenado a la hoguera con la anuencia del Papa Alejandro VI.
Así existen tantos otros ejemplos de buenos sacerdotes que dijeron las cosas como debían ser, que son fieles a la Santa Iglesia y que por eso fueron perseguidos, pero no por un gobernante ateo o emperador pagano, ¡no!, fueron perseguidos dentro de la Iglesia, al modo como Cristo fue perseguido y condenado por la autoridad religiosa del momento.
Evidentemente esta manifestación del fariseísmo va a ir aumentando hasta llegar a altos puestos de poder dentro de la Iglesia y perseguirán a los que se quieran mantener firmes en la fe. En la actualidad ya tenemos muchos casos de Sacerdotes que quieren hacer las cosas bien, y son puestos en el ostracismo, desplazados, desterrados; o casos de Seminarios cerrados; mientras que, por otro lado, los Sacerdotes que a veces hacen el mal, son promovidos.
Pensemos por ejemplo en James Martín, un sacerdote jesuita que promueve abiertamente la homosexualidad en Estados Unidos, y uno no puede comprender cómo no se le prohíbe Celebrar la Misa o cómo no congelan sus actividades. Al contrario, al Padre Frank Anthony Pavone, el mayor defensor provida y luchador incansable en contra del aborto en Estados Unidos, le prohibieron Celebrar la Misa. Y uno se pregunta, ¿pero no debería ser al revés?, ¿qué está pasando acá?
Hay una noticia reciente en este sentido, se trata de lo que está ocurriendo en Andorra, uno de los tres Estados católicos del Mundo, que son el Vaticano, Malta y Andorra. Resulta que en Andorra quieren legalizar el aborto y quien tendría que firmar el aborto es el Obispo de Urgel, que es el copríncipe de Andorra, que está de acuerdo con el secretario de Estado del Vaticano. ¿Desde cuándo el Vaticano va a estar de acuerdo con que un país apruebe el aborto?
Es necesario darse cuenta que la situación actual de la Iglesia es el fariseísmo que, dice el Padre Castellani, puede llegar a ser el pecado contra el Espíritu Santo porque a pesar de darse cuenta cuál es la verdad, se lucha contra ella, se impugna la verdad. También Santo Tomás dice que es uno de los pecados contra el Espíritu Santo, de esos pecados que no tienen perdón ni en esta vida ni en la otra.
El fariseísmo puede empezar con una simple envidia, soberbia, e ir aumentando de malicia y gravedad hasta que la persona se considera juez de todas las demás y es un pecado tan grave porque, como se ha visto, se puede llegar a transformar una religión, se hace a un lado a Dios y el hombre es el centro de todas las cosas. Y esto es lo que pensaban los judíos, al grado de que mataron al heredero de las promesas, a Jesucristo Nuestro Señor, y por eso es que al final no quedó piedra sobre piedra.
Dios tiene que ser la medida de todas las cosas, no solo en la fe, no solo en la religión católica, no solo en la tradición de la Iglesia, sino incluso en la visión del hombre natural. Lo cierto es que este pecado grave (pecado que siempre ha ocurrido), va a ir en aumento y va a ocurrir al final de los tiempos en la Iglesia, que se dedica a los pobres y a la asistencia social, y deja de predicar los 10 mandamientos. Pero “si un Ángel del Cielo viniera a anunciaros una palabra distinta a lo que yo les he predicado, que sea anatema”, dice San Pablo en su carta a los Corintios.
No ceder al ejemplo de los malos Sacerdotes
Lo que está sucediendo es la visión que santa Hildegarda de Bigen, en el siglo XIV, tuvo con respecto del anticristo y el final de los tiempos:
Ella dibujó su visión y la explicó en su libro Scivias, en el que dice que veía a la Iglesia como una mujer hermosa, adornada, muy bonita, porque la Iglesia es Santa y siempre lo será a pesar de los pecados de los hombres, de los Obispos o de los Sacerdotes; por otro lado, se veía a una mujer de piedra, que era la sinagoga, justamente tomada por el fariseísmo, era una mujer que se había endurecido en el mal. En tercer lugar apareció una mujer que de la cintura para arriba era la misma mujer hermosa, y de la cintura para abajo una mujer de piedra. Ella explicó que así será la Iglesia al final de los tiempos, donde estará el trigo y la cizaña juntos, donde la Iglesia no dejará de ser Santa porque está asistida por Nuestro Señor, pero por otro lado una parte de la Iglesia querrá quedar bien con el mundo y no quiere quedar bien con Cristo, habrá endurecido su corazón, habrá hecho como la sinagoga. Lo que ve Santa Hildegarda en esa parte de la Iglesia traidora endurecida por el mal, es que de ahí nacerá el anticristo, al cual, los hombres primero reverenciarán, pero después Cristo lo matará con el soplo de la boca, como dice san Pablo en la carta a los Tesalonicenses.
A medida que se acerca el final de los tiempos, esta visión es cada vez más clara. Así que, cuando vemos que el fariseísmo carcome gran parte de los problemas de La Iglesia y de la situación actual, nosotros tenemos que pedirle al Señor que seamos fieles a la doctrina de siempre, a los 10 mandamientos, al catecismo de la santa Iglesia; y que los malos ejemplos de algunos Sacerdotes u Obispos, no nos hagan ceder en nuestros principios.
Que Dios nos conceda la gracia y la fortaleza de luchar para que Jesucristo reine, primero en nuestra vida, después en nuestra familia y por último en la Iglesia y en la sociedad; y de que no nos impregnemos por ese espíritu de querer quedar bien con el mundo, sino más bien de ser fieles a la Iglesia de siempre, a la doctrina de Cristo, porque el Señor ha dicho que si nosotros libramos en esta vida el buen combate de la fe, seremos coronados en el Cielo, y si con Él sufrimos, reinaremos con Él.





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